viernes, 24 de junio de 2016

Cambiar


Supongo, que nunca te preguntaste cómo se sintió.Como sabía cada patada, o el olor de un puñetazo en la espalda.
Tenías un ejercito. Uno que te ayudaba a rimar los insultos, y te resguardabas en ellos haciéndote fuerte; pero no te esperabas el divorcio de tus padres ¿verdad? Tampoco te esperabas el abandono de tu séquito, y mucho menos que otra persona ocupara tu lugar. Ahora tú también estás sola; como ella lo estuvo. Tus amigos se desvanecieron y te volviste débil. Las palizas que recibias dolían más que los apodos de aquella flor a la que marchitaste.¿Ni Siquiera piensas en pedir perdón?

Pero ella no abandonó su camino a pesar de todo, y a pesar de haberle causado tanto daño, cuando te vio en su situación te tendió la mano.

Piensa las cosas y reconoce que te equivocaste. Ahora tienes un mejor espejo en el que mirarte.

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